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Los mapaches son mamíferos pertenecientes a la familia Procyonidae del orden Carnivora. En la actualidad, en este grupo de mamíferos, se agrupan tres especies incluidas dentro del género Procyon, todas con distribución en el continente americano. El comportamiento del mapache ha sido bien estudiado, ya que especies como el mapache boreal o mapache común tienen una amplia distribución. Adicionalmente, algunas han llegado a ocupar regiones fuera de su área de distribución típica, al ser empleadas como mascotas.
En general, son animales sociables y suelen vivir en ecosistemas boscosos donde se movilizan en pequeños grupos para buscar alimento. Los mapaches siempre están asociados a los cuerpos de agua y muestran un comportamiento alimenticio variado. Es poco frecuente observarlos adentrados en bosques si no hay una fuente de agua disponible.
La agilidad de los mapaches para manipular alimentos y evaluar objetos con sus manos les ha dado el nombre común de zorros lavamanos u osos lavadores. Esto se relaciona con su hábito de lavar meticulosamente los alimentos que consumen con sus ágiles manos. Debido a la expansión de la frontera urbana e intervención de los bosques, es común que los mapaches se adentren en los sistemas urbanos y ocasionalmente entren en contacto con el hombre u algunas mascotas.
Aunque naturalmente los mapaches suelen huir ante la presencia del hombre, las poblaciones que se establecen en zonas urbanas y suburbanas se acostumbran rápidamente a su presencia. En algunos casos ocurren interacciones agresivas con la especie humana. El comportamiento del mapache exhibe habilidades cognitivas únicas que los hacen más eficientes en explotar ambientes novedosos y que cambian rápidamente como es el caso de los ambientes urbanizados.
El comportamiento del mapache puede mostrar cierta hostilidad y agresividad, si este llega a sentirse amenazado. Debido a esta notable agresividad no es recomendable mantener a los mapaches como mascotas, ya que pueden irritarse con facilidad y pueden propinar fuertes mordidas si son provocados. Los enfrentamientos con mascotas suelen ser comunes en áreas urbanizadas, debido al comportamiento agresivo del mapache. En estas situaciones pueden provocar heridas a mascotas como perros y gatos, incluso transmitir enfermedades como la rabia.
Comportamiento del mapache en la naturaleza
En la naturaleza, el comportamiento del mapache es típicamente nocturno. Su actividad inicia cuando cae la noche. Mientras que durante el día la pasan descansando en sus madrigueras junto con algunas crías y otros miembros relacionados. Su territorio suele variar de acuerdo a la abundancia de alimentos y a la densidad poblacional. Son animales que pasan la mayoría del tiempo en el suelo, pero son muy buenos trepadores por lo que pueden establecer sus sitios de descanso en huecos de los árboles o entre sus raíces.
Dentro del bosque, son animales sigilosos y huyen rápidamente si son perturbados, además, siempre se muestran vigilantes ante la presencia de algún peligro. El comportamiento del mapache hembra se caracteriza por presentar una baja territorialidad y es posible observar varios ejemplares alimentándose en pequeños grupos en zonas con una alta concentración de recursos. Los machos son más territoriales y su abundancia, en un sector determinado, depende de la abundancia de las hembras disponibles para aparearse.
Algunos autores han señalado que las hembras que ocupan ambientes poco intervenidos tienden a mantenerse distantes entre sí. Sin embargo, en ambientes urbanizados pueden establecerse grupos de alimentación de entre 3 a 7 individuos. Estos no hacen una partición temporal de los recursos, lo que muestra que tienen una gran plasticidad en su comportamiento.
Debido a que en las zonas urbanizadas viven más cercanos entre sí, el riesgo de transmisión de enfermedades entre individuos es mayor. En la naturaleza, las hembras suelen usar más ambientes de pastizales durante el verano que los machos. Mientras que en invierno, este comportamiento del mapache se invierte, siendo los machos los que están en los pastizales más frecuentemente.
Inteligencia del mapache
Son animales que gozan de una gran inteligencia y esto ha quedado evidenciado en su capacidad para resolver problemas. Son especialmente ágiles en abrir contenedores de desperdicios y almacenes de alimento en las viviendas humanas. En las zonas urbanizadas suelen establecerse con éxito en aquellos sectores que ofrecen una gran cantidad de recursos, lo que indica que el comportamiento del mapache es muy flexible.
Los desperdicios humanos son muy apetecibles para los mapaches, los cuales son de naturaleza omnívora y pueden aprovechar una gran variedad de recursos. También, al ocupar zonas urbanas con una oferta de recursos constante, suelen disminuir su área de distribución en comparación con las poblaciones que habitan plenamente dentro del bosque.
Es muy común que accedan rápidamente al alimento almacenado en cajones y gavetas, en donde otros animales no tienen acceso. Debido a esta característica, han sido objeto de múltiples estudios cognitivos, para así evaluar la flexibilidad del comportamiento del mapache ante la resolución de problemas que ofrecen alguna recompensa.
Por ejemplo, los mapaches, a los cuales se les provee con dispositivos de accesos múltiples a alguna recompensa, son capaces de innovar en la búsqueda de una solución para acceder al alimento. Esto lo pueden hacer de manera repetida, por lo que son capaces de emplear la información obtenida en experiencias futuras.
Ecología trófica
El comportamiento del mapache a nivel alimenticio es muy generalista. En la naturaleza suelen consumir una gran variedad de recursos durante la noche, ya que son animales muy esquivos y prefieren este periodo de actividad. Pueden comer una gran variedad de insectos y otros invertebrados que encuentran en el suelo del bosque cerca de los cursos de agua.
Adicionalmente, aunque no son carnívoros reconocidos por su habilidad de cazar, pueden capturar pequeños anfibios y reptiles con sus ágiles manos. Al estar muy relacionados con los cursos de agua, es frecuente que capturen pequeños crustáceos e incluso peces. En estos casos, el comportamiento del mapache, cuando busca alimento bajo el agua, es palmar con sus manos el fondo, hasta dar con una posible fuente de alimento.
El comportamiento del mapache cuando manipula los alimentos es muy característico, ya que son muy meticulosos, eliminando partes no deseadas de los recursos que consumen. Es posible observarlos manipular los recursos que estén consumiendo con ambas manos, de hecho son capaces de palpar los objetos con los cojinetes de las manos y los dedos, incluso sumergirlos regularmente dentro del agua cuando están alrededor de un curso de agua menor.
A partir de este comportamiento, han recibido el nombre de osos lavadores, en el caso del mapache del norte, Procyon lotor, o zorro lavamanos en el caso del mapache neotropical Procyon cancrivorus. Los mapaches son muy buenos nadadores y disfrutan de sumergirse en el agua para nadar y refrescarse.
Comportamiento alimenticio en zonas urbanas
Adicionalmente, los mapaches pueden consumir huevos de aves y frutos variados durante el otoño para acumular suficientes reservas de grasa para el invierno. Durante la época de escasez de alimentos, se ven obligados a ampliar su territorio para conseguir suficientes recursos. En la primavera y el verano consumen grandes cantidades de alimento para acumular una buena reserva de grasa y sobrevivir al invierno. En esta época pueden perder alrededor del 50% de su peso corporal.
El comportamiento de búsqueda de alimento en zonas urbanas es distinto a la naturaleza. Los mapaches aprenden rápidamente a reconocer las fuentes fijas de alimento en los contenedores de basura y tienden a agregarse alrededor de esta, por lo que establecen territorios más pequeños. Son capaces de aprovechar una gran variedad de desperdicios del hombre y, además, consumir el alimento de las mascotas si se deja a la intemperie. Adicionalmente, es común que en las zonas urbanas, con altas densidades de mapaches, ingresen a las viviendas humanas y roben comida de las alacenas.
Comportamiento del mapache en la reproducción
Las hembras entran en celo entre los meses de enero y marzo. Estas son cortejadas por uno o varios machos con territorios superpuestos y que rara vez pelean entre sí. Los machos pueden establecer grupos pequeños que defienden un territorio de machos foráneos.
Una vez la hembra elige un macho, este último estará con ella apareándose continuamente por entre cinco y siete días. Con posterioridad, el macho abandona a la hembra en busca de otra pareja. Los machos no tienen ninguna participación en el cuidado posterior de las crías. Por otro lado, si la hembra no queda embarazada, puede copular nuevamente con otro macho.
El tiempo de gestación se extiende alrededor de dos meses, tiempo en el que la madre se prepara para amamantar a sus crías y buscar o elaborar un refugio seguro. En las poblaciones urbanas, la escasa disponibilidad de refugios naturales provoca que estos animales ocasionalmente se establezcan en los tejados y áticos de las viviendas humanas.
Las hembras de mapache que dan a luz entre tres y cuatro crías, tras comenzar la primavera, tienden a disminuir sus movimientos de búsqueda de alimento. De esta manera, se mantienen cerca de las madrigueras y sus crías. Una vez las crías pueden acompañar a la madre en sus actividades de búsqueda de alimento, el comportamiento de la hembra cambia y es menos tolerante con otros miembros adultos de su especie.
Este comportamiento agresivo tiende a disminuir cuando las crías ya se pueden defender solas. Algunos machos tienen comportamientos agresivos e incluso fatales cuando se topan con crías pequeñas. Por esta razón, el comportamiento del mapache hembra tiende a enfocarse en ocultar a las crías en sus primeras etapas de vida.
El comportamiento del mapache a nivel social ha sido muy discutido. En principio, son animales considerados como solitarios. Sin embargo, varias hembras pueden compartir un territorio en común, generalmente hembras muy emparentadas genéticamente, que llegan a compartir los mismos sitios de alimentación.
Lo común dentro de estos mamíferos es observar grupos conformados por hembras y las crías de temporada. No obstante, una vez que las crías se independizan, pueden permanecer juntas por un tiempo y luego dispersarse. El comportamiento del mapache macho tiende a ser diferente a la hora de dispersarse, ya que generalmente migran lejos del territorio de la madre, un comportamiento que evita la endogamia.
Por otro lado, las crías hembras suelen permanecer en territorios cercanos a los de la madre, incluso compartir guaridas durante el invierno. Los machos de un territorio determinado pueden establecer asociaciones únicas para defender un conjunto de hembras. El macho dominante del grupo tiene mayores posibilidades de aparearse con varias hembras, mientras que los machos de menor rango pueden aparearse de manera oportuna.
En cuanto a la comunicación, son capaces de emitir una gran variedad de sonidos, que incluyen gruñidos y sonidos similares a ladridos. A pesar de esto, parece que tienen un sistema de comunicación basado en el reconocimiento de olores individuales. El comportamiento del mapache sugiere que las señales químicas son importantes en la comunicación. Esto se ha evidenciado en el uso de letrinas comunales y sitios comunes en las que dejan marcas de olor a partir de glándulas en sus manos, cuello y región urogenital. También ha sido demostrado experimentalmente, pues los mapaches son capaces de distinguir olores de individuos, a partir de la orina.
Mapaches como mascotas
Los mapaches cada vez son más populares como mascotas, sin embargo, son animales difíciles de domesticar y entrenar. A diferencia de los perros y los gatos, el comportamiento del mapache es muy impredecible y pueden irritarse con facilidad, hasta el punto de dar mordidas fuertes.
Al ser animales nocturnos, su actividad durante la noche puede constituir un problema si no le brindamos la atención necesaria. Es muy importante mantenerlos en recintos adecuados, ya que si se mantienen libres dentro de las casas, son capaces de abrir gavetas y alacenas que les son accesibles, debido a su habilidad motora e inteligencia, típico del comportamiento del mapache.
Muchos mapaches que son mantenidos en cautiverio suelen ser más agresivos durante la época reproductiva, por lo que es recomendable castrarlos para evitar comportamientos violentos. Estos mamíferos logran llevarse bien con otras mascotas domésticas, sin embargo, se debe trabajar mucho en su educación y entrenamiento para disminuir comportamientos no deseados.