Comportamiento de los cocodrilos

Comportamiento de los cocodrilos
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El comportamiento de los cocodrilos ha expuesto la complejidad de estos animales, a pesar de ser un aspecto estudiado en unas pocas especies, como el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), el cocodrilo del Nilo (C. niloticus), el cocodrilo cubano (C. rhombifer) y otras especies como Alligator mississippiensis y Caiman crocodilus.

Entre el comportamiento de los cocodrilos, las señales de comunicación con vocalizaciones y elementos de señalización resultan muy importante. Dichos aspectos son únicos entre los reptiles y bastante común en las aves, con quienes se encuentran emparentados los cocodrilos. Además, el estudio de estos sistemas de comunicación permite evaluar las similitudes y diferencias entre algunas especies muy relacionadas.

La mayoría de estudio sobre el comportamiento de los cocodrilos se ha llevado a cabo con animales en cautiverio, con un enfoque importante en mejorar el bienestar y reproducción de estos animales en cautividad. Asimismo, estas investigaciones han permitido revelar muchas características interesantes sobre el comportamiento social y reproductivo de algunas especies.

Los cocodrilos son animales sociales que cuentan con un gran repertorio de elementos de señalización, con interacciones competitivas y agonísticas que son más evidentes durante las temporadas reproductivas y épocas de cría.

Comportamiento de los cocodrilos en la reproducción

El comportamiento de los cocodrilos es uno de los más complejos entre los reptiles. Muchas de sus interacciones con otros individuos se encuentran motivadas por la competencia sexual, por recursos, defensa del territorio y establecimiento de jerarquías. La mayor parte del conocimiento sobre el comportamiento de los cocodrilos proviene de estudios realizados en zoológicos y reservas, es decir, en animales en estado de cautividad.

En algunas especies como C. rhombifer las hembras pueden competir por las oportunidades de apareamiento, en caso de que hayan pocos machos. En esta especie, la cantidad de interacciones agonísticas dependen de la temporada y disponibilidad de recursos como territorios para anidación. Por otro lado, el comportamiento de los cocodrilos en cuanto al cortejo muestra algunas variaciones entre especies, las cuales pueden emplear distintas formas de comunicación. Las interacciones táctiles durante las formaciones de parejas son las más comunes entre las especies. Durante el cortejo también es común que la hembra levante el hocico y que tanto la hembra como el macho naden en círculos como en una especie de persecución lenta.

Varios estudios han documentado que el éxito reproductivo de los cocodrilos en cautiverio depende del nivel de interacción y la formación de jerarquías de dominación. Por esta razón, los animales deben ser distribuidos adecuadamente para evitar interacciones antagónicas que disminuyen las oportunidades de apareamiento.

Construcción del nido y cuidado parental

Estos reptiles muestran un importante cuidado parental, que incluye desde la selección de un lugar adecuado para anidar, construcción del nido, defensa del territorio de anidación, cuidado de los huevos y transporte de las crías. Asimismo, en muchas especies las madres construyen madrigueras o refugios donde resguardan a las crías por varias semanas.

Adicionalmente, se conoce que estos animales responden al llamado de las crías, les proveen alimento y las trasladan de un lugar a otro para evitar posibles depredadores. La duración del cuidado parental y los tipos de interacción que proveen los cocodrilos a sus crías depende de la especie e incluso de los individuos. En los caimanes americanos (A. mississippiensis), las hembras pueden permanecer cerca de sus crías hasta por 2 años, mientras que en otras especies el cuidado solo dura unos días.

El comportamiento de los cocodrilos en el cuidado parental se relaciona más con las hembras. Sin embargo, se han reportado casos en los que ambos padres resguardan el nido o, si la madre muere o desaparece, el padre adquiere el papel de cuidador. Entre algunos de los comportamientos de alerta y advertencia de los cocodrilos ante los intrusos que se acercan a sus nidos, se encuentra el levantamiento del hocico y el arqueamiento de la cola en el agua.

Comportamientos de depredación

El comportamiento de los cocodrilos como animales depredadores, consiste principalmente en la estrategia “sit and wait”. Además, estos animales aprovechan la turbidez de las aguas donde habitan para acercarse a sus posibles presas sin ser detectados. Una vez que una presa se encuentra lo suficientemente cerca, los cocodrilos emergen con rapidez del agua y la capturan con sus poderosas mandíbulas.

El cocodrilo de agua salada (Crocodylus porosus) es un depredador común de las tortugas planas (Natator depressus) y las tortugas golfinas (Lepidochelys olivácea). Estos animales acechan sigilosamente a las tortugas adultas cerca de la orilla, atrapándolas cuando estas terminan de anidar y regresan al agua. Estos animales son capaces de seguir las huellas de las tortugas, lo que se considera como una estrategia de caza activa. En algunos casos, se ha reportado que los cocodrilos salen del agua y excavan nidos de tortugas para consumir sus huevos.

Comportamiento social

Como hemos mencionado antes, los cocodrilos representan los reptiles con mayor nivel de socialización entre individuos. El comportamiento de los cocodrilos puede clasificarse en tres categorías principales que son el mantenimiento, interacciones sociales y la reproducción. En cuanto a las interacciones sociales, el comportamiento de los cocodrilos depende de diversos factores como el nivel de solapamiento de los territorios de cada individuo, la estación del año, el sexo de los animales y las tácticas de movimiento. En la especie C. porosus existe cierta estabilidad en el solapamiento de los territorios individuales.

Los cocodrilos machos suelen tener una mayor fidelidad de sus territorios, donde establecen entornos sociales estables. Por otro lado, las hembras y machos jóvenes, que no desarrollan un apego fuerte a un determinado lugar, presentan interacciones más dinámicas. El estudio del comportamiento de los cocodrilos a nivel social ha permitido establecer y cuantificar estructuras espaciales de especies crípticas, es decir que comparten un determinado hábitat con otras especies, así como de cocodrilos solitarios.

Comportamiento de juego en los cocodrilos

Dentro del comportamiento de los cocodrilos se han registrado interacciones de diversos tipos, así como actitudes que indican cierto nivel de juego. En especies como el caimán de hocico ancho, el caimán americano y el cocodrilo de agua salada, se han descrito varios tipos de comportamientos de juego, como el juego locomotor, el juego con objetos y los juegos sociales.

El juego locomotor consiste en movimientos intensos y sostenidos, que no se relacionan con un estímulo o razón determinada. Esto resulta muy peculiar, ya que estos animales son en general organismos con un bajo nivel metabólico que no realizan movimientos sostenidos frecuentes. En especies como el caimán de boca ancha se ha documentado a individuos juveniles deslizarse repetidamente por tubos hacia las piscinas de agua, donde dejan que la corriente los deslice.

El juego con objetos es un comportamiento de los cocodrilos observado con frecuencia en las reservas naturales y zoológicos. De hecho, en muchos lugares los cuidadores proveen diversos objetos de juego como parte del enriquecimiento del hábitat. En varias especies como el caimán americano y los cocodrilos enanos, se han observado juveniles chapotear agua y pasar repetidamente por debajo de tubos que gotean o regaderas de agua tibia.

El juego social es el menos común dentro del comportamiento de los cocodrilos. Sin embargo, en especies como el cocodrilo del Nilo, se han observado hermanos peleando entre sí, lo que indica que se trata de un juego social que enriquece el desarrollo y habilidades de estos animales. En otras especies como los caimanes negros (Melanosuchus niger), se han reportado individuos juveniles nadando en círculos como si se persiguieran mutuamente, hasta que se detienen sin ningún desenlace antagonista. Este comportamiento es similar al de los adultos en temporada de cortejo.

En adultos de cocodrilos cubanos también se han registrado lo que parece ser comportamiento de juego social, en el que una hembra se sube a la espalda de un macho de mayor tamaño, que la pasea en repetidas ocasiones por el estanque de agua. En crías de caimán americano se han observado interacciones similares, en las que las crías de mayor tamaño pasean a las más pequeñas.

Esquema sobre el comportamiento de los cocodrilos

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Referencias

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