Comportamiento de las ninfas, lenguaje, posturas y comunicación

Comportamiento de las ninfas
Mariela Morales/CC BY 2.0

Las ninfas son aves del orden Psittaciformes, al cual también pertenecen los loros (ver comportamiento de los loros), guacamayas y cacatúas. Las ninfas, Nymphicus hollandicus, por su nombre científico, se incluyen dentro de la familia Cacatuidae, por lo cual también son llamadas cacatúas ninfas. El comportamiento de las ninfas ha sido ampliamente documentado, debido a que son de las aves más empleadas como mascotas domésticas, por su belleza y fácil mantenimiento.

Estas aves son las únicas que representan al género Nymphicus, el cual es único de Australia. Sin embargo, son muy comunes en muchas regiones del mundo debido a su domesticación. A pesar de ser aves que se usan como mascotas, esta especie no se encuentra en peligro en la naturaleza, pues ocupa un gran territorio dentro de Australia, donde mantienen una población numerosa y estable y habitan en diversos tipos de hábitats.

Debido al comportamiento de las ninfas en cuanto a la reproducción y su gran resistencia y disposición para la reproducción en cautiverio, las ninfas son consideradas una especie modelo óptima para el estudio del comportamiento social en el ámbito de la conservación. Esto último, resulta de gran importancia en el área de conservación, pues son muchas las especies de Psittaciformes que se encuentran en peligro en todo el mundo.

Por otro lado, el comportamiento de las ninfas en la alimentación ocasiona que sean consideradas como plagas de algunos cultivos, sin embargo, los daños solo son graves en aquellos cultivos que se encuentran aislados y presentan una pequeña extensión. Para mitigar los daños a cultivos de gran importancia como el girasol, los agricultores suelen colocar cultivos señuelo como el sorgo, de esa manera se previenen daños mayores en cultivos principales de mayor valor económico. En la naturaleza, estas aves se alimentan principalmente en el suelo, pero también pueden percharse sobre espigas con semillas tiernas.

Características y diferencias entre sexos

Estos curiosos pájaros son las más pequeñas del grupo cacatúas vivientes. También son consideradas las aves más dóciles de la familia Cacatuidae. Alcanzan una talla máxima de entre 30 y 32 centímetros de largo. Gracias al comportamiento de las ninfas y su relativa docilidad pueden vivir más de 20 años en cautividad, si se les ofrece las condiciones óptimas necesarias.

Las ninfas (Nymphicus hollandicus), se caracterizan por la presencia de una cresta en la parte superior de la cabeza, la cual está conformada por un penacho de plumas eréctiles muy llamativas, que son fundamentales en el comportamiento de las ninfas a nivel reproductivo, ya que funciona como exhibición. Las plumas caudales son más largas en comparación con otras especies de cacatúas de mayor tamaño. Las hembras y los machos se distinguen fácilmente por su coloración. En la naturaleza, presentan una coloración típicamente gris en el cuerpo.

Además, tanto las hembras como los machos presentan una modesta mancha anaranjada en sus mejillas, que suelen ser más conspicuas en los machos, por lo cual, resaltan más. La coloración del rostro suele variar de una tonalidad amarilla, que se extiende a las plumas de la cresta, a una coloración grisácea entremezclada con algunas plumas amarillas, en el caso de las hembras. Las alas suelen ser largas (alrededor de 20 cm de envergadura) y delgadas; adicionalmente, presentan los bordes de una tonalidad blanquecina. Otras características diferenciales entre hembras y machos, es que las hembras suelen tener puntuaciones en color amarillo bajo las alas y, además, un jaspeado amarillo en las plumas caudales.

Como son aves criadas en cautiverio, existen otras tonalidades de coloración seleccionadas, por ejemplo ninfas de color blanco, albinas, amarillas, verdes y algunos morfos combinados con estas coloraciones. Todos estos morfos de coloración, tienen en común la presencia de manchas naranjas en las mejillas.

Distribución en vida salvaje y hábitats

Estas aves ocupan una gran porción del territorio australiano. Sin embargo, debido al calmado comportamiento de las ninfas y su consecuente popularidad como aves mascota, fueron introducidas en Puerto Rico. En su área de distribución típica ocupa frecuentemente zonas abiertas de sabana y pastizal, matorrales, praderas y ambientes artificiales, siendo menos frecuentes en zonas boscosas. Son aves que se mantienen en grupos numerosos, debido principalmente a que cambian constantemente de sitios de alimentación y siempre deben contar con una fuente de disponibilidad de agua.

El comportamiento de las ninfas, en cuanto a la selección del hábitat y su preferencia por zonas más secas y de bajo relieve, ocasiona que estas sean muy comunes en el interior de Australia. En el territorio australiano, las ninfas se benefician de la intervención de áreas boscosas originales, para el establecimiento de cultivos de cereales y pastizales, lo que ha favorecido la expansión de su distribución al este de dicho país.

Comportamiento de las ninfas en la naturaleza

Dentro del comportamiento de las ninfas en su hábitat natural se encuentra el desplazamiento en bandadas monoespecíficas que pueden superar cientos de individuos. También se llevan bien con otros grupos de aves granívoras. Son animales muy sociables, por lo que establecen parejas reproductivas que perduran en el tiempo o bandadas numerosas.

En el comportamiento de las ninfas, Nymphicus hollandicus, no se asocian hábitos migratorios, es considerada una especie nómada o viajera, ya que constantemente cambia de sitios de alimentación. Cuando se alimentan, varios individuos de la bandada pueden mostrarse vigilantes ante la presencia de algún depredador, si notan algún peligro, emiten un fuerte chillido que alerta a los demás individuos y se disponen a huir volando.

Comportamiento de las ninfas en cautiverio

En cautiverio, el comportamiento de las ninfas es bastante dócil, en comparación con otros psitácidos de mayor tamaño como los loros, cacatúas y guacamayas. Estas aves se sienten muy cómodas con la presencia de los humanos y raras veces demuestran comportamientos agresivos. Debido a que en la naturaleza establecen grupos y parejas monógamas, es recomendable mantenerlas en parejas para evitar comportamientos de aislamiento y soledad.

El comportamiento de las ninfas en cautiverio es normal cuando se les ofrece condiciones ambientales estables en sus recintos. Además, es recomendable enriquecer sus jaulas con accesorios, es decir, se les provee de troncos en los cuales las aves puedan desplazarse y picotear, para evitar el sedentarismo. También son aves que se sienten muy cómodas si se mantienen libres, y generalmente buscan jugar con sus dueños o ser acariciadas. Adicionalmente, dejarlas volar dentro de la casa, con algunos percheros dispuestos estratégicamente, facilita que estas aves realicen ejercicio y se distraigan.

Los recintos deben tener una fuente de agua fresca, pues en la naturaleza estas aves se encuentran muy asociadas a los cuerpos de agua, en los cuales suelen acicalarse, bañarse y jugar. El comportamiento de las ninfas puede tornarse errático y negativo si estas no se distraen lo suficiente. Un ejemplo es golpearse contra la jaula, arrancarse el plumaje o generarse heridas graves en la piel con sus picos. Esto último, también puede ser un síntoma de dolor ante alguna patología, por lo que es necesario siempre monitorear estos comportamientos atípicos en cautividad.

Comunicación

El comportamiento de las ninfas suele ir acompañado de una gran variedad de vocalizaciones como en la mayoría de las cacatúas, loros y guacamayas. Los sonidos serán emitidos de acuerdo al estímulo al que estén siendo sometidas. Las ninfas son aves muy inteligentes y pueden aprender nuevas vocalizaciones en cautividad.

En general, las ninfas tienen la capacidad de reconocer y compartir emociones entre individuos a través del canto. Debido a esto, existe cierto grado de contagio emocional en estas aves, que está ligado a la tendencia de imitar y sincronizarse entre sí, consecuencia de su complejo comportamiento social.

El canto, además de los estados emocionales, provee mucha información del emisor como su identidad, la edad, el sexo, el grado de parentesco y la dominancia. Las ninfas pueden emitir sonidos similares a gritos o bufidos cuando están alteradas, y silbidos y pequeñas charlas con sus compañeros durante la época reproductiva. Además, son capaces de reconocer palabras, si se les va enseñando desde que son juveniles. Al igual que los loros, pueden imitar sonidos sencillos que escuchan frecuentemente.

En cuanto a la comunicación entre sexos, los machos además de ser más llamativos que las hembras también son más vocales, emitiendo de manera frecuente silbidos y otras vocalizaciones en presencia de la hembra.

Posturas corporales

En el comportamiento de las ninfas, las posturas corporales son una clara señal que indica en qué estado de ánimo se encuentran. Cuando observamos a las ninfas con la cresta no erizada, quiere decir que estas aves se encuentran relajadas y no están excitadas por algún estímulo negativo. También es probable que se encuentren en un estado de descanso, en el cual pueden apoyar su cabeza sobre los hombros para dormir. Otras señales de un estado relajado es el acicalamiento entre compañeros o la búsqueda de caricias en los humanos.

En un estado de alarma, el comportamiento de las ninfas se muestra ansioso y empiezan a volar de manera imprecisa, como un modo de huida de algún peligro. Adicionalmente emiten vocalizaciones similares a chillidos para advertir la presencia de peligro.

Cuando están irritadas es probable que muestren cierto grado de agresividad, que consiste en erizar su cresta repentinamente y realizar pequeñas mordidas o mordisqueos con su pico. Del mismo modo cuando se sienten regocijadas mantienen su cresta erizada y realizan movimientos de arriba hacia abajo con la cabeza. Este comportamiento puede ir acompañado de vuelos cortos o batido de las alas con algunas vocalizaciones cortas.

Alimentación

Estas aves se desplazan frecuentemente en la búsqueda de recursos para alimentarse. Generalmente, forman bandadas que pueden variar de tamaño desde unos pocos individuos hasta cientos de ejemplares, especialmente cuando existe un suministro limitado de alimento.

El comportamiento de las ninfas a nivel alimenticio es similar al de otras aves granívoras, pues consumen principalmente semillas pequeñas y trozos de tallos. Algunas observaciones realizadas en campos de cultivo muestran que son muy afines a los cultivos de sorgo, a los cuales prefieren por encima de otros cultivos como los de girasol, de los que también se alimentan. Sin embargo, las ninfas pueden alimentarse de una gran variedad de granos incluyendo cereales como el trigo y el mijo, pastos y algunas plantas terrestres, no gramíneas.

El comportamiento de las ninfas al encontrar una fuente de alimento es la de permanecer en las zonas favorables en cuanto a la disponibilidad de recursos, hasta que la cantidad y calidad del mismo disminuye, para desplazarse a zonas más favorables. Es una especie considerada dañina para los cultivos como el girasol, debido a que estos son de los más expuestos al ataque de aves. Una vez las semillas de los cereales en cultivos se endurecen, las ninfas suelen cambiar a otros alimentos disponibles, ya que prefieren granos blandos y con cierta humedad.

Cuando las hembras están en el período de puesta, pueden consumir frutos y otras partes vegetativas de plantas para obtener calcio. En cautiverio, resulta importante proveer a las hembras de alimentos ricos en calcio o suplementos que lo contengan.

Comportamiento de las ninfas en la reproducción

El comportamiento de las ninfas a nivel reproductivo, es a largo plazo. La reproducción entre estas aves, depende mucho de la compatibilidad del comportamiento dentro de las parejas para que ocurra la reproducción, pues son aves que establecen parejas de por vida.

Tanto los machos como las hembras se encargan del cuidado de la nidada. El comportamiento de las ninfas y el éxito reproductivo van de la mano en el proceso de reproducción de estas aves. Aquellas parejas con una buena sincronía en los procesos de incubación, cercanía conductual, menor agresividad, cópula frecuente y mayor número de huevos fértiles, son más exitosas debido a que crían efectivamente más polluelos hasta su independencia.

Las ninfas establecen sus nidos en cavidades de árboles cercanos a cuerpos de agua. En cautividad, son muy selectivas con los nidos que se les proporciona. Siempre es necesario la presencia o presentación de una caja nido, para que ocurra la reproducción. Además, la duración del día es uno de los catalizadores de la reproducción en estas aves, por lo que las señales ambientales son de gran importancia en este proceso.

Los machos suelen cortejar a las hembras antes del acto reproductivo, mediante vocalizaciones cortas, movimiento de las plumas del penacho de la cabeza y movimientos de sus alas, como una forma de mostrar vigorosidad. Al ser aves nómadas, tienen a reproducirse varias veces al año, dependiendo de la disponibilidad de alimentos.

Las parejas más exitosas pueden criar entre tres (3) y seis (6) polluelos. Durante el día la incubación puede ser rotativa entre el macho y la hembra, sin embargo, durante la noche son las hembras las que incuban los huevos. El período de incubación es de alrededor de tres (3) semanas y tras un mes del nacimiento los pichones se independizan, pero siguen junto a sus padres por un tiempo de entre dos (2) a cuatro (4) semanas.

Cuadro resumen de lo estudiado

Cuadro resumen, esquema sobre el comportamiento de las ninfas.

Referencias

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  2. Liévin-Bazin A, Pineaux M, Clerc O, Gahr M, von Bayern AMP, Bovet D (2018)
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