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Cuando hablamos de ballenas, se nos viene a la mente la imagen de estos enormes y poderosos animales marinos, con sus cuerpos hidrodinámicos y fusiformes, sus extremidades anteriores modificadas en aletas pectorales y su gran aleta caudal. Podemos imaginarlos nadando, ya sea en solitario o en numerosos grupos; rompiendo la superficie del agua con sus impresionantes saltos y alimentándose por medio de filtración o embestida. No es de extrañar, que tantas personas estén interesadas en comprender el comportamiento de las ballenas, así como su biología, ecología y fisiología.
Las ballenas son mamíferos (Clase Mammalia) que han evolucionado para poder habitar y sobrevivir en un ambiente acuático. Pertenecen al Orden Artiodactyla, Suborden Whippomorpha, donde también se clasifican a los hipopótamos, quienes serían sus parientes terrestres más cercanos. Dentro de este suborden, encontramos al Infraorden Cetacea, que agrupa a la mayoría de los mamíferos acuático, incluyendo a ballenas, delfines, marsopas, narvales, belugas y cachalotes. Este a su vez se dividen en dos parvordenes: Mysticeti y Parvorden Odontoceti. Comúnmente, se denomina ballenas a todo cetáceo de gran tamaño, sin importar si son misticetos u odontocetos; por lo cual, podemos reconocer a las ballenas con barbas (ballenas y rorcuales) y las ballenas dentadas (cachalotes).
Entre los misticetos resaltan las ballenas pertenecientes a la Familia Balaenidae; la cual, cuenta con dos géneros y cuatro especies y en donde podemos identificar a las tres especies de ballenas francas y a la ballena de Groenlandia. La familia Balaenopteridae es la más numerosa entre los misticetos, con nueve especies distribuidas en dos géneros; donde nos encontramos a los rorcuales y a las ballenas de mayor tamaño como lo son la ballena jorobada y la ballena azul. La ballena gris (Familia Eschrichtiidae) y la ballena franca enana (Familia Cetotheriidae), también pertenecen al parvorden de los misticetos.
Como ya mencionamos, la característica más resaltante de las ballenas barbadas, y que la diferencian de otros cetáceos, es la presencia de barbas en vez de una dentadura. Las barbas son estructuras de queratina en forma de placas filamentosas, que se encuentran conectadas al maxilar superior y que utilizan para alimentarse, ya sea a través de un proceso de filtración o por embestida. Al ser animales marinos, sus cuerpos están adaptados a vivir en estos ecosistemas; respiran por medio de un agujero, algunas especies tienen dos, en la parte dorsal de su cuerpo llamado espiráculo; cuentan con un corazón tetracameral cuyo tamaño dependerá de la especie. Sus aletas dorsales y pectorales le permiten desplazarse por el agua, funcionando como remos; mientras que la cola o aleta caudal impulsa sus grandes cuerpos.
El comportamiento de las ballenas es complejo y puede variar según la especie; sin embargo, para este artículo consideraremos las generalidades que se pueden observar en el comportamiento de las ballenas con barbas.
Las ballenas presentan un comportamiento gregario, es decir, forman grupos conocidos como manadas y que pueden llegar a estar compuesto desde diez o doce individuos, aunque algunas especies de ballenas prefieren vivir en solitario o encontrarse en grupos de no más de dos ejemplares. Suelen ser animales sociales, con sistemas de comunicación complejos e incluso estructura jerárquica basada en la competencia sexual entre machos. Su longevidad también le permite interactuar largamente con sus pares, lo que a su vez deriva en la formación de alianzas, que les permite cooperar durante la caza y llevar a cabo estrategias grupales. Dos o tres individuos se encargan de cazar, pero se aseguran de que toda la manada pueda conseguir el alimento.
Los vínculos que se forman entre las madres y la crías suelen ser muy fuertes, las hembras son muy protectoras y capaces de llegar a la agresión por el bienestar de sus ballenatos. Aunque los machos y las hembras no desarrollen mayor relación que la reproductiva, ambos sexos se encargan de defender y proteger a los juveniles.
Comportamiento de las ballenas relacionado con la migración
La migración es un comportamiento de las ballenas que se cree está asociado a los cambios de temperatura en las corrientes marinas por las estaciones. Estos cambios pueden afectar la disponibilidad de alimento en una zona determinada o no ser aptos para llevar a cabo la reproducción, lo que impulsa a estos animales a desplazarse hacia otras localidades. Los viajes pueden ser de miles de kilómetros, en el caso de las ballenas grises que pueden llegar a hacer recorridos entre 6.000 a 18.000 Kg.
Los misticetos (menos la ballena de Groenlandia) suelen tener rutas de migración predecibles, desde los polos hacia el trópico durante el invierno. El comportamiento de las ballenas de tipo migratorio también se adapta a su periodo reproductivo, debido a que las ballenas suelen aparearse durante el verano cuando se encuentran en las latitudes polares, mientras que prefieren dar a luz en agua tropicales. Esto se debe a que los ballenatos no son capaces de adaptarse a las aguas frías de los polos.
Los grupos migratorios generalmente son de 2 o más individuos, aunque hay algunos ejemplare de ballena que llevan a cabo este proceso en solitario. Dado que estos desplazamientos ocurren en periodos reproductivos, se aprecia a una hembra y uno o varios machos. Cuando se observa a más de un macho, también se puede apreciar un comportamiento agonístico, derivado de la competencia por el acceso reproductivo con la hembra.
Comunicación de las ballenas
Al tratarse de animales acuáticos, la comunicación entre ballenas está limitada por el medio. En las profundidades marinas, la visión es más bien pobre así que la comunicación visual no suele ser efectiva. En cambio, en el medio líquido las ondas de sonido viajan mucho mejor que en el aire, así que las vocalizaciones se han convertido en la vía de comunicación entre ballenas.
Vocalizaciones
Por mucho tiempo, los cantos de las ballenas fueron la fuente para historias de altamar, siendo la base de mitos y leyendas. Esto debido a su habilidad de producir sonidos complejos, incluso cantos, siendo una de sus estrategias de comunicación. Los cantos de las ballenas pueden ser escuchados a varios kilómetros y pueden durar horas, se trata de una especie de chillidos de baja frecuencia; no solo cada especie cuenta con un canto característico, sino que este también puede ser diferente entre grupos e individuos. Las ballenas jorobadas y las de Groenlandia presentan cantos complejos y melódicos, mientras que el rorcual de minke y la ballena gris suelen hacer sonidos cortos conocidos como click. Se considera que los cantos son transmitidos por los ejemplares más viejos del grupo, siendo aprendido por lo más jóvenes.
Las ballenas cantan durante la época reproductiva y durante la lactancia, por mucho tiempo se pensó que solo los machos eran capaces de cantar, pero se han registrado cantos provenientes de las hembras. Así mismo, los investigadores han encontrado variaciones en los cantos, sutiles cambios que nos hace pensar en nuevas composiciones o improvisaciones. Esto refleja un comportamiento de las ballenas en parte innato (la capacidad de vocalizar) y adquirido (las variaciones en sus cantos), que muchos investigadores consideran pueda tener su propia estructura lingüística.
Un dato curioso es que las ballenas carecen de cuerdas vocales, así que el mecanismo que utilizan para generar sonido se cree que está asociado a las distintas estructuras que se encuentran en su zona nasal. Otra curiosidad, es que este mecanismo no necesita de aire, ya que no se ha podido apreciar la producción de burbujas durante la ejecución de los cantos, igualmente estos suceden cuando se encuentran en las profundidades marinas o cuando se encuentran respirando.
Aprendizaje e inteligencia
Las ballenas se consideran animales muy inteligentes, dado que poseen muy buena memoria y son capaces de comunicarse por medio de estrategias sofisticadas, siendo capaces de formar vínculos complejos con sus pares, que incluyen alianzas y estrategias de cooperación. No solo eso, sino que son capaces de enseñar a sus crías e incluso, algunos investigadores aseguran que las ballenas pueden tener su propia cultura. Sus cerebros son grandes, llegando a pesar unos 10 Kg, y cuentan con neuronas en huso, que en humanos se encuentran asociados a procesos cognitivos avanzados.
Comportamiento reproductivo de las ballenas
El comportamiento de las ballenas durante la reproducción puede variar significativamente según la especie. Sin embargo, en este segmento comentaremos las generalidades, así como algunas conductas singulares. Las ballenas suelen alcanzar la madurez sexual entre los 5 y los 10 años, dependiendo del sexo y la especies, aunque los machos suelen tardar más que las hembras en madurar sexualmente. Generalmente, tienen una cría cada 2 o 3 años, con un periodo de gestación entre 10 a 16 meses y un año de lactancia. Los ballenatos nacen vivos y a los pocos minutos de su nacimiento ya se encuentran nadando.
Competencia entre machos
Durante la temporada de apareamiento, se puede apreciar como los machos compiten para ganar su derecho a reproducirse. Estas competencias pueden terminar en confrontaciones entre machos, donde el ganador no solo demostrará que es el más fuerte, sino que merece ser la pareja sexual de la hembra. En raras ocasiones los conflictos por competencia terminan en lesiones peligrosas para los machos.
La competencia sexual ocurre en tres niveles: los cambios fisiológicos, asociados al aumento de la producción de esperma y el agrandamiento de los testículos. El cortejo, donde los machos pueden llegar a confrontaciones con otros machos, ya sean encuentros físicos o por medio de cantos. En esta etapa, el comportamiento de las ballenas machos incluye asomar su cabeza y vientre en la superficie del agua, movimiento de sus aletas y giros circulares. Estas exhibiciones pueden contar con choques corporales, así como golpes de la cola en la superficie. Los machos también son capaces de vocalizar cantos que sirven como llamados de cortejo y forman parte del ritual reproductivo. La última etapa, la que finaliza la competencia y el cortejo, ocurre cuando la hembra selecciona a su pareja debido a sus habilidades de lucha. No obstante, las hembras son capaces de tener más de una pareja, esto garantiza una exitosa fecundación.
Este comportamiento de las ballenas puede dejar entrever una jerarquía social basada en la dominancia por la competencia sexual. Donde los machos más jóvenes, quienes son físicamente más inmaduro y no cuentan con tantas habilidades como los más experimentados, suelen ocupar una posición menor que la de aquellos machos mayores.
Bibliografía
- Bocconcelli, A. et al. 2014.
- Hickman, C. et al. 2010.
- Serrano, S. y Ulloa, E.
- Zúñiga Ibarra, A.M. 2016.
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