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Muchos de nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer a un hámster, incluso de acariciarlo o tenerlo como mascotas, son animales relativamente fáciles de criar que generan una respuesta afectiva en personas, en especial en niños. Se caracterizan por ser pequeños, estar cubiertos de pelo, con patas corta, pequeñas orejas y unas bolsas ubicadas en las mejillas, conocidos como abazón. Se clasifican dentro de los mamíferos (Clase Mammalia) pertenecientes al grupo de los roedores (Orden Rodentia), específicamente a la Familia Cricetidae, Subfamilia Crectinae. Se encuentran representados por 19 especies agrupadas en 7 géneros. La palabra hámster deriva del término alemán “Hamastra”, que significa almacenar. Como ya mencionamos, su relación con el ser humano es muy estrecha tanto en el campo científico, ya que son usados para investigaciones, o como mascotas. Por lo mismo, el comportamiento del hámster ha provocado particular interés en los investigadores y criadores de estos roedores.
La primera vez que se describió un espécimen de hámster fue durante el año de 1758 en Alemania, por el naturalista Carlos Linneo. La especie descrita fue Cricetus cricetus, mejor conocido como hámster común o hámster europeo. Sin embargo, la descripción más llamativa entre las distintas especies de hámsteres, y que atrajo la atención del mundo, fue la descripción hecha por los hermanos británicos Alexander y Patrick Russell, en su libro llamado Natural History of Aleppo (1797). En este libro, señalaban a un pequeño roedor parecido al hámster europeo, pero con algunas características distintivas y propias de esta especie. No obstante, no fue sino hasta el año 1839 donde el curador de la Zoological Society of London, George Waterhouse, describió oficialmente al pequeño roedor como el hámster dorado de Siria (Mesocricetelus aureus).
Estos mamíferos han sido de gran importancia en la investigación científica. Simón Adler, un parasitólogo de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señaló que los hámsteres, especialmente los de las especies Cricetelus griseus (hámsteres chinos), son de gran utilidad para el estudio de las enfermedades ocasionadas por parásitos como la leishmaniosis. La cría no solo ha beneficiado a la investigación de enfermedades y fármacos, sino que ha impulsado el estudio del comportamiento del hámster como método para comprender la historia natural de este animal.
La primera colonia occidental de hámsteres dorados se desarrolló gracias al trabajo conjunto del parasitólogo Simón Adler y el zoólogo Israel Aharoni, entre los años 1930 a 1931. Por los años cuarenta, en Los Estados Unidos de América, el empresario Albert Marsh, inició la crianza del hámster dorado para fines lucrativos. Hoy en día, se trata de la especie más vendida. Sin embargo, no son las únicas especies, ya que también podemos encontrar al hámster enano de Campbell (Phodopus campbelli), el hámster enano blanco de invierno (Phodopus sungorus) y el hámster Roborovski (Phodopus roborovskii).
En el área de la medicina y la biología, son utilizados para pruebas farmacológicas, de aprendizaje y memoria, genética, parasitología, neurociencias, biotecnología, entre otras. Son animales que se caracterizan por ser dóciles, amigables, curiosos e inteligentes, lo que les permite ser de fácil manejo. En algunos países de Europa y Asia se les considera una plaga relacionados con los cultivos, por lo que han desarrollado distintos métodos de control, incluso usando perros como medio de control biológico. En China, algunas poblaciones cazan a estos roedores para ser utilizados como fuente de alimento.
A continuación, vamos a ahondar un poco más sobre el comportamiento del hámster.
En la mayoría de las especies, los individuos que se encuentran en la naturaleza son animales solitarios que se desplazan activamente; solo algunas especies de los géneros Phodopus (hámster enano) y Mesocricetelus (hámster dorado) presentan agrupaciones “familiares”, constituida por padres y crías. No obstante, en condiciones naturales, se pueden conseguir agrupaciones tipo colonias de nidos de hámsteres, pero manteniendo su individualidad. En cautiverio, dependiendo de la especie, varios individuos pueden convivir en una misma jaula, estableciéndose una jerarquía que es impuesta después de luchar entre estos.
Comportamiento del hámster: Comunicación
El comportamiento del hámster es relevante en lo que concierne a la comunicación, ya que poseen una variada gama de opciones para comunicarse entre individuos, ya sea por medio del lenguaje corporal, vocalizaciones u olores emitidos por glándulas exocrinas.
Vamos a enumerar algunas estrategias de comunicación documentadas y que conforman parte del comportamiento del hámster:
Lenguaje corporal
El lenguaje corporal tiene como principal objetivo, el reconocimiento de individuos por manifestaciones visuales, ya sea que la comunicación se deba a una respuesta a la actividad sexual o por territorialidad. Entre las fases corpóreas de la comunicación entre especies de hámsteres se han podido identificar:
La aproximación: Ocurre cuando dos hámsteres se consiguen, respondiendo al llamado de otro individuo o de manera fortuita. Los individuos que se encuentran, comienzan a olfatearse mutuamente los hocicos, desde el rostro hasta las puntas de las orejas. Esta acción es el equivalente de dos seres humanos dándose un saludo de mano. Durante esta fase, se toma la decisión si puede ocurrir un apareamiento o reconocer si estos individuos están emparentados.
Círculo y olfateo: Se trata de un comportamiento del hámster que se asemeja a dos perros intentando olfatear sus colas, un ejemplar se monta encima del otro y quedan en posición paralela. Es en este movimiento, donde puede darse una asignación de rol jerárquico entre individuos, surge un dominante y un sumiso, conllevando un forcejeo entre ellos. Cuando esta interacción acaba, puede comenzar una confrontación.
Confrontación cara a cara: En esta fase de la comunicación, los dos cricétidos pueden encontrarse erguidos en dos patas, pareciendo estar sentados y alzando las patas delanteras, extendiendo a su vez los dedos y garras. Es posible captar chirridos en esta situación. Uno de los dos hámsteres trata de acercarse lentamente mientras que el otro responde rápidamente a este acercamiento. Esta postura, también es observable en hámster ante la presencia de un depredador.
Apaciguamiento: Comportamiento del hámster basado en un movimiento para evitar la confrontación, se da con en el alzamiento de una de las patas a medio cuerpo y con la palma hacia abajo. Este movimiento puede ser observado también en chimpancés, gorilas y humanos.
Rolling fighting o lucha rodante: Comportamiento del hámster en el que un individuo se lanza hacia otro, aunque parezca algo peligroso, solo es una estrategia de confrontación; por lo cual, los ejemplares pueden terminar con una mordida en la parte media del cuerpo, provocando que uno de los dos hámsteres quede boca arriba y se produzca el apaciguamiento.
Lucha y escape: El comportamiento del hámster durante la lucha puede tornarse seria, y uno de los roedores puede infligir dolor y luego tratar de escapar del otro. El hámster mordido podría tratar de perseguir al evasor, por lo que si el lector es dueño de hámsteres y es testigo de un hecho similar, debe intervenir para acabar la pelea.
Movimiento de cola: indica la rendición de uno de los hámsteres, después del combate y consiste en mover el cuerpo y cola hacia arriba. En el apaciguamiento, se puede producir en este movimiento.
Vocalizaciones
Estos pequeños animales pueden emitir sonidos y ultrasonidos para distintas intenciones. En ejemplares jóvenes pueden utilizar las vocalizaciones como gesto para llamar la atención de sus padres, para que se les alimente. En adultos, las vocalizaciones sirven para hacer llamados para el apareamiento; dándose con mayor frecuencia en las hembras que en machos, influenciados por los niveles de hormonas sexuales. Se ha encontrado que un hámster, al percibir el olor del sexo opuesto, puede emitir un llamado ultrasónico que puede alcanzar una distancia de 11 a 23 metros.
También implementan sonidos disuasorios para amenazar y evitar la confrontación como es el caso de los castañeo de dientes. Se presume que los hámsteres pueden utilizar ecolocalización, aunque no existe evidencia sólida.
Comunicación química
En los hámsteres, existe glándulas que pueden segregar moléculas volátiles o marcas químicas, que le permite dar un mensaje a otros ejemplares de su misma especie. Se ha identificado las glándulas que se mencionan a continuación, las cuales presentan distintas funciones comunicativas:
Glándulas de olor de los costados: Utilizadas en contextos sociales o no sociales. Son comunes en los mesocritcetanos (hámsteres sirios, turcos y rumanos), dispuestas de manera pareada en las caderas. Son dimórficas, es decir, distintas entre los sexos.
En los machos, sirve para indicar que se encuentra excitado. Permite marcar los territorios que dominan, así como sus madrigueras. En un contexto social, se pueden utilizar los aromas para que dos individuos se presenten. También sirve para demostrar la superioridad de un macho ante otro, ya sea por cantidad de territorio marcado y dominado o por el número de hembras con las que un macho ha copulado.
Glándulas del hámster enano (P. roborosvskii): Presentes en ambos sexos, se trata de seis pares de glándulas ubicadas en las orejas, en la región ventral y en los genitales. Las hembras usan las glándulas de los genitales para marcar territorio, presionando estos contra el suelo. Mientras que, en el caso de los machos, ellos usan las glándulas ventrales. Las glándulas de las orejas están presentes en ambos sexos, sirven para la identificación.
Glándulas harderianas o Glándula de Harder: Se encuentran en la cuenca ocular de varios mamíferos incluidos los tratados en este tema. Sus principales funciones son: la percepción lumínica, regulación de temperatura corporal, lubricación ocular y mantenimiento de pelaje, como también la producción de feromonas y melatonina que regulan los ciclos circadianos y de sueño. Adicionalmente, en estos mamíferos tienen una función de reconocimiento odorífero, ya que producen hormonas o sustancias volátiles.
Glándulas salivales: Las glándulas salivales juegan un rol en el reconocimiento de los sexos, variando su composición química entre machos y hembras.
Comportamiento del hámster: Aprendizaje y memoria
Los hámsteres han demostrado tener una gran capacidad de aprendizaje y memoria, las cuales, son muy apreciadas en los campos de la investigación psicológica, psiquiátrica, en neurociencias y en otras áreas de la medicina.
En investigaciones de campo, se ha registrado que estos roedores pueden recorrer grandes distancias en la búsqueda de alimento, teniendo la habilidad de recordar los sitios que visitan y usando un marcaje químico como un medio recordatorio para los sitios en que estuvieron. También, se ha documentado que pueden recordar individuos emparentados o líneas familiares.
Hibernación
El comportamiento del hámster en cuanto a condiciones naturales, hiberna, especialmente cuando las temperaturas disminuyen al menos hasta los 4 °C. En condiciones de cautiverio, con una temperatura constante, no se aprecia la hibernación. Si el hámster en cautiverio hiberna se considera como un problema de la conducta.
Comportamiento del hámster durante la noche
Como otros roedores, tienen una serie de comportamientos nocturnos, que se expresan tanto en cautiverio como en el campo. De hecho, el cumplimiento de su ciclo circadiano es tan estricto y programable, que los ha convertido en sujetos de experimentación sobre este tema.
Recientemente, se han hecho hallazgos interesantes; los cuales, reportan que las hembras de hámster dorado tienen un comportamiento activo de búsqueda y alimentación diurna en la naturaleza, en comparación con las hembras de la misma especie que se encuentran en cautiverio y que son más activas durante la noche. Se concluye que este comportamiento del hámster se trata de un mecanismo para evitar la depredación, puesto que los depredadores de esta especie tienen hábitos de caza nocturna.
Canibalismo
Dependiendo de la especie, pueden tener manifestaciones de comportamiento caníbal, siendo esta una estrategia para la defensa de su territorio en caso de que machos invasores se acerquen. En las hembras, el canibalismo se observa de hembras a crías; se cree que este comportamiento es una respuesta a un problema en el reconocimiento de los juveniles o como una forma de lidiar con el cuerpo de la cría si esta llegara a fallecer.
Recientemente, en el año 2017, investigadores hallaron una población de hámsteres europeos salvajes en el noroeste de Francia, en donde las hembras devoraban a su prole sin motivo aparente. Estudiándolas de cerca, notaron que su dieta se basaba solamente en granos de maíz, motivado a que los bosques y ecosistemas naturales han ido poco a poco desapareciendo, dando paso a monocultivos de este rubro y trayendo como consecuencia que las hembras se encuentren en un estado de desnutrición. Debido a que el maíz no aporta los suficientes nutrientes y vitaminas, entre ellos la vitamina B3 o la niacina, que necesitan para un equilibrio óptimo.
Anidado
Según la especie, estos roedores construyen un tipo de nido propio. Por lo general, pasan la mayoría de su tiempo en el nido durante el día, por lo cual, algunos nidos presentan estructuras y organizaciones peculiares. Se ha registrado, que algunas especies como el hámster europeo, puede elaborar nidos profundos de varios túneles y cámaras. A cada una de las cámaras se les puede asignar una función específica como la de eliminación de desecho, almacenaje de alimentos, urinarios, lugares de anidación, entre otros. En algunos casos, pueden ocupar nidos que han sido abandonados.
El tema de los nidos es de vital importancia para el dueño del hámster doméstico; debido a que, para que pueda desarrollar una vida plena, es necesario que tengan el espacio para cumplir parte del rol cotidiano que harían en libertad.
Sentimientos
Para concluir este tema sobre el comportamiento del hámster, es preciso destacar que en algunos estudios se ha documentado que estos roedores pueden poseer estados de humor y respuesta emocional. En un reciente estudio del año 2015, se ha demostrado que en cautiverio pueden desarrollar un comportamiento de derroche y actividad si viven en jaulas grandes y ricas en alimentos; a diferencia de los hámsteres que viven en jaulas austeras, quienes muestran un comportamiento más reservado y ahorrativo.
Bibliografía
- Storer et al 2003.
- Hutchins, M. 2002.
- Bartlet, P. & Earle-Bridge, M. 2003.
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