Comportamiento del loro, características y otras observaciones

Comportamiento del loro
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Una de las experiencias más hermosas y placenteras que cualquier persona puede experimentar, especialmente un observador de aves, es el poder apreciar el vuelo de una bandada de loros en su hábitat natural; con sus brillantes y coloridos plumajes, acompañados con sus estridentes cantos, estas aves pintan los cielos del trópico de colores. Se conoce como loros a una amplia gama de especies de aves que conforman la Superfamilia Psittacoidea (Orden Psittacimorfes), en donde podemos encontrar a los loros típicos, periquitos, cotorras, loros aguileños y guacamayas. A su vez, esta superfamilia se divide en tres familias: Psittacidae (loros africanos y neotropicales), Psittrichasiidae (dos géneros que se encuentran a Nueva Guinea, Madagascar y las Islas Indico) y Psittaculidae (algunos pericos, papagayos y loros asiáticos), y entre las tres suman más de 370 especies distribuidas en 74 géneros. Al ser un grupo tan extenso de aves, la biología, ecología y el comportamiento del loro varia según la especie que se esté estudiando

Características de los loros

Los loros se caracterizan por la presencia de picos fuertes, curvados y con forma de gancho, cuya maxila superior se proyecta por delante de la mandíbula inferior y que usan como una herramienta; su lengua es gruesa, carnosa y móvil, cubierta con papilas fibrosas. Sus patas son zigodáctilas, esto quiere decir que el segundo y tercer dedo se encuentran dirigidos hacia el frente del cuerpo mientras que el primer y cuarto dedo hacia atrás. También poseen una gran capacidad craneal y cerebros de gran tamaño. Aunque su característica más llamativa es la intensa y brillante coloración de su plumaje; siendo el verde la tonalidad más común, pero también podemos observar rojos, azules, amarillos y colores más oscuros, grises y blancos, que también pueden apreciarse en determinadas combinaciones.

El comportamiento del loro es social, son aves gregarias, que tienden a formar parejas monógamas y con gran capacidad de aprendizaje, comprensión espacial y solución de problemas. Algunas especies son capaces de imitar sonidos, incluso palabras humanas; es por ello, que por mucho tiempo se pensó que estas aves podían hablar.

Gracias a sus características físicas y etológicas, los loros son considerados populares como mascotas y animales de exhibición u ornato. Sin embargo, la mayoría de los ejemplares que se encuentran en los mercados del mundo han sido producto de la trata de animales silvestres. Los loros se encuentran en grave peligro de extinción, no solo por el tráfico sino por la deforestación y fragmentación de sus ecosistemas naturales. Razón por la cual, algunas especies de loros se encuentran en peligro crítico o especies amenazadas.

Los loros se encuentran en zonas tropicales, pero debido a su gran diversidad, las variaciones que puedan presentarse en su dieta, la presencia de depredadores y la intervención de su habitar, es difícil generalizar sobre su ecología y comportamiento. Es por ello, que en el presente artículo vamos a centrarnos en el comportamiento de los loros pertenecientes a la familia Psittacidae, grupo donde podemos encontrar a los loros típicos de Las Américas y África, así como a las guacamayas y cotorras.

Comportamiento del loro: Sociabilidad

Los psitácidos son animales gregarios que pueden formar grupos de numerosos individuos denominados parvadas, por lo que es normal escuchar sus estridentes cantos mientras se desplazan en pleno vuelo, cuando se están alimentando o se posan en un árbol para descansar. Las parvadas pueden estar conformadas por cientos de individuos a grupos pequeños de dos a diez individuos, siendo las parejas la base de la estructura social de los loros. A pesar de que pueden vivir en grupos numerosos y se tiende a creer que hay ejemplares dominantes y sumisos, no existe jerarquía dentro de estos grupos. El comportamiento del loro va a depender del temperamento del individuo y de la competencia intraespecífica, más allá de estructuras sociales basadas en dominancia-sumisión.

La convivencia en grupos les ofrece a los loros un método de defensa ante los depredadores, ya que no solo aumenta la capacidad de vigilancia y alerta, sino que el movimiento en conjunto de la parvada causa un efecto de contención en los depredadores. Debido a esto, los loros realizan distintas actividades en grupo como dormitar, reposar, acicalarse e incluso alimentarse, siendo normal observar numerosos ejemplares posarse en árboles para realizar algunas de estas tareas, en especial cuando se acerca el atardecer. Sin embargo, como desventaja aumenta la competencia intraespecífica por el alimento.

El comportamiento agonístico en loros es poco común en la naturaleza; cuando se desarrolla un tipo de conflicto, los loros suelen extender sus alas y exhibirse con el pico abierto, siendo el picoteo el último recurso en utilizar. No obstante, si en cautiverio no se les brinda las condiciones adecuadas, es normal observar encuentros agresivos entre estas aves e incluso pueden producirse lesiones de cuidado.

Comportamiento del loro en cuanto la comunicación

Al ser animales sociables que viven y se desarrollan en grupo, es necesario que cuenten con estrategias de comunicación efectiva que les permita entenderse con sus pares. Algunas especies de psitácidos son popularmente conocidos por su capacidad de imitar vocablos humanos, incluso repetir oraciones completas, habilidad que deriva de su asombrosa capacidad de memorizar y aprender a imitar sonidos. En la naturaleza, esta habilidad le permite identificar las vocalizaciones de sus familiares y su grupo, se ha identificado que distintas poblaciones de loros cuentan con sus propios cantos o vocalizaciones.

No obstante, los cantos y vocalizaciones no son la única estrategia comunicacional que se puede apreciar en psitácidos, ya que pueden utilizar la coloración de sus plumajes. Algunas especies, cuentan con combinaciones de colores que solo se pueden apreciarse si despliegan sus alas o alzando vuelo, este tipo de coloración se utiliza para identificar sexos o como una señal de alerta. La postura y el movimiento de las alas también pueden indicar el comportamiento del loro ante una situación de amenaza, dominancia/sumisión e incluso el cortejo durante la época de apareamiento. En cautiverio, también le puede indicar a los criadores si los animales se encuentran estresados y, por lo tanto, las condiciones en las que se encuentran no son aptas.

Comportamiento reproductivo del loro

Como mencionamos anteriormente, la vida en sociedad de los loros se basa principalmente en la pareja, siendo esta la unidad básica y reproductiva. Los loros forman parejas monógamas, algunas pueden durar años e incluso toda la vida, esto les permite no solo formar grupos estable, sino que permiten garantizar una reproducción exitosa, en especial, si consideramos que mientras más tiempo tenga una pareja mayor será el éxito reproductivo. En loros, se observa cómo las parejas jóvenes o recién conformadas tienden menor experiencia en la elección de sitios de anidación, así como en el cuidado de las crías, lo que disminuye su éxito reproductivo.

La conformación de las parejas ocurre tras un ritual de cortejo poco elaborado, que implican movimiento del cuerpo y la cabeza, abrir y cerrar las alas, aleteos e incluso algunas caricias, picotazos leves y vuelos cortos. Una de las acciones más llamativas de su cortejo es el conocido llamado de alimentación, en donde el macho le da alimento regurgitado a la hembra, imitando la alimentación de esta a sus polluelos.

Tras el cortejo y el apareamiento, las parejas de loros deben construir el nido, donde la hembra incubará entre 2 a 5 huevos (las especies pequeñas pueden poner más huevos) y el comportamiento del loro macho durante este periodo incluirá cuidar y alimentar a la hembra. Cuando los huevos eclosionen, ambos padres se encargarán de su cuidado.

Comportamiento anormal del loro en cautiverio

Los loros son populares como mascotas y aves de exhibición, por ello es normal encontrarlas en casas, recintos, zoológicos o parques. Sin embargo, si en estos lugares no están adecuados para las cubrir las necesidades espaciales, fisiológicas y etológicas de estas aves, los ejemplares en cautiverio pueden presentar comportamientos anormales derivados del estrés y la ansiedad. Algunos de estos comportamientos se ven reflejados en autolesiones por picaje en individuos solitarios o en un aumento de los conflictos y la agresividad, si se encuentra más de un animal en cautiverio.

El picaje es un comportamiento del loro relacionado con el acicalamiento y que es impulsado por alguna pluma mal posicionada o dañada. Sin embargo, en cautiverio puede desarrollarse un desorden de este comportamiento, causando una conducta repetitiva y constante, capaz de ocasionar lesiones en los loros, que incluyen parches de piel expuestos y sin pluma, así como heridas abiertas.

Las causas pueden ser orgánicas (parásitos, malnutrición o deshidratación, enfermedades, alergias) o ambientales (humedad ambiental baja, exposición a sustancias tóxicas, jaulas pequeñas o mal ubicadas, alteraciones de la foto periodo, hacinamiento, aislamiento social). Las mismas razones que ocasionan el picaje, también pueden provocar el aumento de la agresividad y picoteo entre individuos que compartan espacio, así como problemas de vocalización excesivas.

Bibliografía

  • Cantú, J. C. et al. 2019.
  • Heidenreich, B. 2005.
  • Rosales, S. 2012.

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