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Agapornis es un género de aves de la familia Psittaculidae (orden Psittaciformes) originarios del Viejo Mundo, que representan gran interés en la avicultura, por lo que algunos aspectos como el comportamiento de los Agapornis ha sido ampliamente estudiado desde hace décadas. Estos animales son conocidos también como tórtolos, inseparables o aves del amor (lovebirds en inglés), debido a las relaciones estrechas que suelen establecer.
El género Agapornis cuenta con 9 especies, de las cuales 8 provienen de África, mientras que la especie Agapornis canus (agapornis de cabeza gris) es endémica de Madagascar. Estos animales tienen un comportamiento social fuerte, pues viven en bandadas con aves que permanecen juntas la mayor parte del tiempo. Los agapornis se alimentan de una variedad de recursos como frutas, verduras, pastos, semillas e insectos en algunas ocasiones. Algunas especies como Agapornis taranta (agapornis de cuello negro), tienen hábitos más especialistas, pues su principal ítem alimenticio son los higos nativos de su área de distribución.
El comportamiento de los agapornis suele describirse como social y cariñoso, sobre todo con sus parejas. Estas aves son monógamas, por lo que conservan una sola pareja durante toda su vida. La esperanza de vida de estos animales ronda entre los 20 y 30 años de edad. Muchas especies de son mantenidos como mascotas, y el mantenimiento en cautiverio ha provocado la creación de algunos morfos de coloración de gran interés en la avicultura.
Comportamiento de los Agapornis en su hábitat natural
En el comportamiento de los agapornis en su hábitat natural se ha registrado frecuentemente la formación de bandadas conformadas por varias parejas y algunos juveniles. Estas aves suelen permanecer juntas durante el día, en actividades de búsqueda de alimentos. Las bandadas pueden estar conformadas por entre 8 y 30 individuos, según la especie.
Especies como Agapornis nigrigenis, suelen descansar en cavidades formadas naturalmente dentro de árboles de Mopane, donde ingresan antes del anochecer y abandonan al amanecer. Estas aves mantienen cierta fidelidad con dichos dormideros, pudiendo usarlos incluso en la época de nidificación. Durante la época de cría, las parejas suelen mantenerse aisladas unas de otras.
Las crías suelen permanecer con sus padres hasta alrededor de los 2 meses de edad, cuando se encuentran completamente desarrollados y capaces de dejar el nido. Estas aves suelen mostrar muchos comportamientos de acicalamiento con sus parejas, con las que pasan la mayor parte del tiempo.
Los lovebirds son aves muy sociables que establecen bandadas con variados individuos. Estos animales tienen un sistema de comunicación principalmente acústico, que les permite mantenerse en comunicación con sus compañeros durante las actividades diarias de alimentación y búsqueda de refugios. Adicionalmente, el comportamiento de los agapornis en la comunicación, implica señales visuales, mediante el lenguaje corporal.
En estas aves se ha registrado el efecto “cocktail party”, que se refiere a la capacidad de diferenciar los distintos estímulos acústicos y enfocar la atención hacia uno en particular, que es generalmente el llamado de sus parejas, el cual pueden reconocer fácilmente. Muchas de las vocalizaciones de los agapornis constan de gorjeos y un piar bajo y continuo, que en la mayoría de los casos comunica bienestar. El gorjeo también es empleado para cortejar a la hembra. Por otro lado, cuando se sienten amenazados emiten chillidos cortos y estridentes.
Además de las vocalizaciones, algunas señales de lenguaje corporal, como la posición de las alas, plumas, cuerpo y la cabeza, suelen ser importantes en el comportamiento de los agapornis. Estas señales pueden comunicar distintos estados como emoción, relajación, incomodidad y miedo. A diferencia de otros psitácidos, los lovebirds no contraen las pupilas para comunicar ninguna señal.
Comportamiento reproductivo y nidificación
En los agapornis, es la hembra quien lleva a cabo la selección de pareja. Los individuos maduros sexualmente buscan una hembra disponible y la cortejan, de manera que esta decide si lo acepta o no. Una vez que una hembra acepta a un macho, se establece una relación permanente que dura hasta que alguno de los dos fallece o si son separados por algún motivo.
El comportamiento de los agapornis puede ayudar a determinar su sexo, sobre todo en animales en cautiverio. Algunos comportamientos alrededor del año pueden indicar si se trata de un macho o una hembra. En la mayoría de especies, la hembra suele mostrar el comportamiento de buscar material de construcción de nidos y guardarlo entre sus plumas. Asimismo, la regurgitación es un comportamiento común en los machos, pues de esta manera, estos alimentan a la hembra durante la nidificación.
El comportamiento de los agapornis, en cuanto a la nidificación, varía considerablemente según la especie. Sin embargo, existen algunos aspectos generales como que las hembras son quienes buscan el material con que se construirá el nido. De esta manera se han registrado aspectos que varían entre especies, por ejemplo la forma en que estas aves transportan el material de construcción. Los agapornis de Namibia (A. roseicollis) transportan el material del nido entre las plumas de la parte posterior del dorso. Por otro lado, otras especies como el agapornis enmascarado o cabecinegro (A. personatus), transporta el material en su pico.
Asimismo, el lugar de anidación varía entre las especies de agapornis. Las especies A. personatus, A. fisehri, A. lilianae y A. nigrigenis construyen nidos abovedados en cavidades de troncos y árboles, mientras que A. roseicollis hace nidos en forma de copa, también en cavidades. Este comportamiento de los lovebirds permiten que se lleve a cabo la cría colonial de los polluelos.
El apareamiento ocurre una vez que la pareja ha comenzado la construcción del nido, ocurre en múltiples ocasiones. Esto permite aumentar el éxito reproductivo de la pareja. Una vez que la hembra es fecundada por el macho, esta pasará gran parte del tiempo en el nido, hasta la puesta de los huevos, que sucederá entre 3 y 5 días posteriores al apareamiento.
Dependiendo de la especie, una hembra es capaz de producir entre 4 a 6 huevos. El comportamiento de los agapornis hembras durante la puesta de los huevos suele ser de poca actividad, pues debe permanecer en el nido hasta que todos los huevos hayan emergido. Cada huevo es depositado cada dos días, por lo que una hembra puede tardar entre 8 a 12 días en terminar la puesta. Durante este tiempo, el macho la alimenta y se mantiene alerta de los peligros.
Aspectos relacionados con la alimentación
En cuanto a la alimentación, el comportamiento de los agapornis puede variar entre algunos grupos. El agapornis de Namibia (A. roseicollis) presenta un pico de actividad de forrajeo durante el crepúsculo y prefieren pastizales abiertos. Estas aves se alimentan frecuentemente a nivel de suelo y en bandadas mixtas, que se componen de palomas, tejedores y otras especies.
En otras especies se ha registrado comportamiento alimenticio tanto a nivel de suelo como a distintos niveles de los árboles. El agapornis de mejillas negras (A. nigrigenis) exhibe también un comportamiento alimenticio terrestre, aunque en algunas ocasiones prefieren la alimentación arbórea. Dicha preferencia se encuentra influenciada por la estacionalidad y disponibilidad de recursos. En esta especie la mayor actividad de búsqueda de alimentos y forrajeo se registra en el amanecer y el crepúsculo.
Agapornis en cautiverio
El comportamiento de los agapornis muestra una fuerte tendencia a crear vínculos, por lo cual son aves capaces de generar relaciones sociales fuertes con los seres humanos. Cuando estos animales son criados desde que son jóvenes y provienen de criaderos certificados y seguros, tienden a sentirse muy cómodos con sus cuidadores, por lo que representan excelentes aves de compañía, ya que incluso les gusta acurrucarse y acicalar a los humanos.
Para obtener el mejor comportamiento de los agapornis, es recomendable obtenerlos de centros de cría certificados y no directamente desde su hábitat natural. En primer lugar, muchas aves silvestres pueden portar enfermedades contagiosas que podrían afectar a otras mascotas. Además, si se obtiene un animal adulto que ha establecido ya sus vínculos con otros individuos silvestres y estos son perdidos, es probable que el animal se torne deprimido e incluso agresivo con sus cuidadores.
Para promover el comportamiento social y la salud de los lovebirds, lo recomendable es mantener varios individuos que puedan establecer vínculos y hacerse mutua compañía. Si se mantienen individuos solitarios, es importante proveerles atención varias veces al día, en las cuales se les permita acercarse a sus cuidadores e interactuar de diversas formas.
En algunos casos, el comportamiento de los agapornis puede tornarse agresivo con los humanos y otras especies animales. Esto ocurre cuando dichas aves son criadas de manera incorrecta y no se les ha permitido crear vínculos adecuados mediante tratos suaves y constantes. Adicionalmente, existen diversos comportamientos antagónicos entre los agapornis y otras especies de aves como cacatúas y loritos, por lo que no se recomienda mantener estos animales juntos. Es importante tener en cuenta que las aves criadas en cautiverio suelen mostrar menos miedo ante algunos animales como gatos y perros. Esto representa un riesgo elevado, pues no desarrollan el comportamiento natural de huida frente a posibles depredadores.
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Referencias
- Busnel, R. G., & Mebes, H. D. (1975).
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