Comportamiento de las palomas

Comportamiento de las palomas

Las palomas son aves de cuello, pico y patas cortas, perteneciente a la familia Columbidae, la única familia no extinta del orden Columbiforme. Se encuentran distribuidas en cinco subfamilias —Columbinae, Otidiphabinae, Gourinae, Treroninae y Didunculinae— y aproximadamente 47 géneros, en donde se incluyen las palomas comunes, sus distintas formas silvestres, los gurinos y tórtolas, en un total de 308 especies. El ser humano se ha relacionado con las palomas desde hace miles de años, siendo símbolos religiosos, utilizadas como alimento o domesticadas como mascotas o como palomas mensajeras; es por ello, la fascinación que han generado en los etólogos e investigadores, que han impulsado numerosos estudios sobre el comportamiento de las palomas.

La paloma bravía (Colombia livia) ha sido utilizada como espécimen en estudios del comportamiento, debido a que son consideradas el ancestro silvestre de la paloma doméstica. Se caracterizan por ser un ave mediana, con cuerpo compacto, cabeza redondeada y pequeña; su coloración es grisácea, con dos bandas alares y pico oscuro con obispillo blanco. Se trata de una especie cosmopolita, aunque son endémicas del sur de Europa, el norte de África y el suroeste de Asia; sin embargo, la domesticación ha permitido ampliar su rango de distribución hasta el continente americano. Es común observarlas en zonas urbanas, alrededor de las ciudades y asentamientos rurales, ocasionalmente se le encuentran en entornos naturales. Son monógamas y pueden llegar a permanecer con la misma pareja toda la vida, tienden a tener 1 o 2 crías en periodos de apareamiento.

A continuación, hablaremos un poco más sobre el comportamiento de las palomas con un enfoque especial en la paloma bravía.

Comportamiento de las palomas: aprendizaje e inteligencia

Son diversos los estudios sobre el comportamiento de las palomas relacionados con el aprendizaje, la memoria y la inteligencia, así como el desarrollo cognitivo. Algunas de estas investigaciones se han enfocado en cómo las palomas son capaces de aprender a asociar elementos visuales con en relaciones discriminatorias de iguales-diferentes. Uno de los experimentos más básicos sobre este tipo de aprendizaje, es en donde se les enseña a distintos ejemplares de palomas a seleccionar un color que coincide con una muestra dada por el investigador (iguales), o por el contrario, se les enseña a seleccionar la no coincidencia entre el color y la muestra (diferencia). En estos estudios, también se les ha enseñado a discriminar o asociar patrones de colores.

En posteriores experimentos también se amplió estas variables para contrarrestar las críticas que pudo haber tenido, sumándole el brillo y la forma a los objetos a asociar o discriminar. En este tipo de experimentos se encontró que las palomas no solo son capaces de aprender a discriminar, sino aplicar estos conceptos en una variedad amplia de elementos visuales y objetos. Siendo capaces de transmitir este tipo de comportamientos a otros ejemplares.

En un experimento llevado a cabo por Watanabe, S. (2009), este investigador enseñó a algunos ejemplares de palomas a discriminar entre pinturas “buenas” y “malas”. Para ello, utilizó un condicionamiento operante, donde se reforzaba, a través de premios, a aquellas palomas que elegían pinturas “buenas”. Los resultados mostraron que las palomas aprendieron a discriminar las pinturas buenas de las malas, aunque esta capacidad disminuía cuando se les mostraba pinturas en escalas de grises o a blanco y negro. Lo que permitió concluir que las palomas usaban las señales de color y patrones para llevar a cabo la discriminación, y que las mismas, podían aprender a discriminar estímulos visuales abstractos, como imágenes. No solo eso, Watanabe concluyó que las palomas son capaces de aprender el concepto de belleza según lo definido por los humanos. Otros experimentos, han comprobado que las palomas pueden diferenciar entre fotografías, personas, árboles y aguas, así como otros objetos. Este comportamiento de las palomas es comparable con el observado en algunos primates.

En el estudio del comportamiento y la inteligencia animal, se intenta entender cómo los animales son capaces de resolver problemas que requieren manipulaciones físicas del medio ambiente. Cuando los animales resuelven estos tipos de problema se intenta descubrir si se relaciona con la cognición y el razonamiento animal. La resolución innovadora de un problema puede ser evaluado en palomas, cuando estas son capaces de acceder a su alimento así se encuentre almacenado en un recipiente. Si el alimento es visible o la paloma es condicionada, los ejemplares podrán resolver el problema ya sea empujando, levantando, tirando o picoteando el recipiente.

Al replicar este experimento con palomas, Cook. R. y Fowler, C. (2013), encontraron que las palomas son capaces de mover exitosamente la caja o el recipiente para poder picotear el alimento, siendo capaces de discriminar y elegir las cajas que le permitiera acceder exitosamente al alimento en vez de aquellas no funcionales. Nakajima, S. y Sato, M. en 1993, ya habían registrado como palomas entrenadas podían empujar un bloque que obstruía el acceso al alimento, demostrando no solo su habilidad de aprender sino de resolver problemas al modificar las características (color y forma) del obstáculo.

Debido a estos estudios, se consideran que las palomas son animales inteligentes. Son conscientes de ellas como individuo, y son capaces de reconocerse al mirarse en un espejo, también pueden reconocer a otros ejemplares de su misma especie y a personas diferentes. Son animales fascinantes.

Comportamiento social de palomas

Dentro del comportamiento de las palomas, destaca la organización social que no solo les permite interactuar entre ellas, sino que es de suma importancia para el vuelo, el apareamiento e incluso la alimentación cuando estas aves se encuentran en grupos o bandadas.

Las palomas presentan un comportamiento de dominación-sumisión que se basa en el picoteo, lo que permite establecer una estructura jerárquica bien definida dentro de las bandadas. Sin embargo, la existencia de un liderazgo dominante no implica que no exista relaciones recíprocas entre individuos, con un mecanismo integrado en la toma de decisiones. Los enlaces recíprocos representan una relación mutua entre palomas, que permiten interactuar con sus vecinos y proporcionar una forma útil para transmitir información a sus líderes. Estos patrones de interacción son conocidos como jerárquicos e igualitarios, y las palomas han demostrado la capacidad de adoptar cualquiera de estas dos estrategias según el caso lo requiera.

No obstante, las palomas también muestran conductas agonísticas a través de la agresión. Estas conductas se aprecian mayormente cuando se están alimentando; una paloma dominante puede enfocar su atención en otro individuo que intente acercarse a su alimento, primero lo picotearía y si no desiste, lo picotearía tanto en la cabeza como en el cuello, las plumas del cuello de la paloma dominante se tornarían esponjosas y llevarían a cabo una lucha cuyo patrón es estereotipado y característico. En este patrón, ambas palomas se agarran los picos y luchan, aleteando violentamente.

En el comportamiento de las palomas, la territorialidad presenta una correlación positiva entre la cantidad de encuentros ganados por palomas y la cantidad de territorio defendido. Estos territorios pueden estar asociados al derecho de percha, es decir, donde se posan o al área entorno a sus nidos. En donde la territorialidad juega un papel importante en el establecimiento de un orden de dominación. No obstante, estos comportamientos se aprecian mayormente en machos, las hembras mostraron poca actividad agresiva.

Comportamiento de las palomas durante el vuelo

Como ya mencionamos sobre el comportamiento de las palomas, los estudios indican que existe un equilibrio entre conductas igualitarias y el liderazgo jerárquico, comportamiento que también se aprecia durante el vuelo en grupo de palomas. Las bandadas de palomas silvestres presentan un comportamiento dinámico, unificado y con mecanismos de interacción que revelan mecanismos de compromiso integrados entre los miembros de la bandada y los liderazgos, esto se traduce en ciertas ventajas como lo son: evitar amenazas de depredadores, cooperación en la búsqueda de alimentos, así como una mayor reacción ante las perturbaciones ambientales.

Sí ocurre alguna perturbación, probablemente el comportamiento de las palomas sea cambiar la dirección o la velocidad de su vuelo dependiendo del estímulo. En este caso, un pequeño grupo de aves son las primeras en notar la perturbación, al localizarla, le comunican al resto de la bandada la información y accionan a una respuesta colectiva. Otros estudios han demostrado que las palomas son capaces de sopesar las posibles estrategias para superar obstáculos y estimar la dificultad antes de seleccionar un patrón de vuelo. Durante el vuelo, cada paloma tiende a seguir al vecino durante una trayectoria suave; no obstante, cuando ocurren giros repentinos, las palomas suelen seguir a sus líderes.

Cabe destacar, que las palomas tienen una gran capacidad de orientación en el espacio y compresión de su entorno durante el vuelo.

Comportamiento sexual

Aunque las palomas suelen encontrarse en bandadas, cuando se encuentran en periodo reproductivo se les suele encontrar en pareja y suelen presentar una conducta monógama con respecto al apareamiento. El periodo de apareamiento de las palomas abarca el cortejo, la aceptación, la cópula y la construcción del nido, y puede durar de seis a siete días, periodo en el cual la cópula suele repetirse numerosas veces.

El cortejo generalmente es realizado por el macho, el cual lleva a cabo un ritual de apareamiento en el que se le observa esponjado debido a las plumas del pecho, arrastra las plumas de la cola, canta y mantiene las patas en el piso. Si la hembra es receptiva, ella asienta con la cabeza y se le acerca, a continuación, se lleva a cabo la cópula.

La incubación es compartida por ambos progenitores y puede durar un periodo entre diecisiete y veinte días. Cuando los pichones nacen, tanto el macho como la hembra se encargan de su cuidado, alimentándolos con la llamada leche de paloma que no es más que alimento regurgitado. Estos cuidados comprenden la conducta de cuidado parental.

Hemos llegado al fin de este artículo, pero te invitamos a investigar más sobre esta ave tan fascinante. También te sugerimos este artículo: comportamiento de los seres vivos.

Bibliografía

  • Blaisdell, A. y Cook, R. 2005.
  • Castoro, P. y Guhl, A.M. 1958.
  • Cook, R. y Fowler, C. 2013.
  • Enery, N. 2006.
  • Nakajima, S. y Sato, M. 1993.
  • Reynolds, G.S. et al. 1963.
  • Watanabe, S. 2009.
  • Williams, C.D. y Biewener, A. 2015.
  • Xu, X. et al. 2012.
  • Zhang, H. et al. 2013.