Gregarismo, qué es, beneficios y ejemplos representativos

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Las conductas que forman parte de la vida social de los seres vivos van definidas en parte por las interacciones que estas poseen tanto con los factores bióticos y abióticos, los que les ayuda durante el proceso evolutivo a ir superando cada reto impuesto por la naturaleza. Los seres vivos pueden afrontar los desafíos de distintas maneras, es decir, lo pueden hacer de manera individual o grupal dependiendo de sus necesidades y las ventajas que pueda aportar alguna conducta en particular. En nuestro artículo describiremos a un tipo de conducta denominado gregarismo, los beneficios que esta le ofrecen a las especies que lo practican y finalmente nombraremos algunos ejemplos de los que aun suceden en la naturaleza.

Gregarismo ¿Qué es?

Cuando hablamos de gregarismo, hacemos referencia a los individuos de una especie que tienden a unirse para conformar grupos poblacionales, dichos grupos no poseen un número definido de integrantes, sino que dependen de los tipos de especies y sus interacciones intra e interespecífica. De igual manera, los organismos que poseen comportamiento gregario pueden tener o no algún tipo de parentesco familiar, motivo por el cual la interacción social entre ellos no es obligada, cuando estas especies forman estos grupos reciben diversos nombres para denotar su conducta gregaria, siendo los más comunes manadas, rebaños y cardúmenes.

Con respecto al tiempo en que los organismos conforman el gregarismo va a depender de igual manera del grupo en cuestión, siendo en algunos casos por poco tiempo y para cumplir algún objetivo en particular o también como sucede en muchas manadas la agregación suele durar por tiempo indefinido.

Para proporcionarle el nombre adecuado a este tipo de conducta gregaria, los investigadores se apoyaron en el latín, por lo que la etimología de este palabra proviene de este lenguaje, específicamente de la palabra gregarĭus que a su vez se deriva de grex, que hace referencia al rebaño, su composición final lo termina el sufijo arius que señala un tipo de relación o sentido de pertenecer, por lo que en conjunto dan el significado de aquellos individuos que prefieren hacer una vida en grupos o que son parte de ellos.

Objetivos y beneficios

La tendencia de estar en grupo en la naturaleza no es un hecho aislado que suele pasar desapercibido, este tipo de conducta les confiere algunos beneficios a sus practicantes, además de contribuir a ayudarlos a conseguir objetivos vitales para su mantenimiento como especies, actos que por sí solos serían más complicados de conseguir.

– En primer lugar está la obtención de alimentos, la búsqueda del sustento alimenticio resulta más fácil cuando se hace en grupo, ya que todos trabajan en conjunto en pro de conseguirlo, además el recurso podría ser de mayor calidad.

– Derivado de la búsqueda de alimento, encontramos a diversas especies de animales carnívoros que para obtenerlo necesitan cazarlo, y al convivir en gregarismo la caza se realiza en conjunto aumentando las probabilidades de éxito.

– Del lado contrario, están las diversas especies gregarias que asumen este comportamiento con la finalidad de protegerse de los depredadores, en este caso vivir en grupo les proporciona mayor seguridad, ya que hay más individuos alertas ante la presencia de peligro, los que les beneficia al momento de defenderse y huir rápidamente.

– Otro de los beneficios que encontramos en el gregarismo es la obtención de un mayor éxito reproductivo, ya que encontrar pareja podría decirse que es más fácil, en aquellos que viven en manadas el cuidado de las crías se realiza de manera compartida, en donde se dividen las tareas de búsqueda de alimento y la defensa de los juveniles.

Como en todo agrupamiento, la convivencia social no es del todo fácil y agradable, ya que entre ellos se da la competencia intra-específica, por lo que a pesar de encontrar alimentos y parejas en ocasiones deben luchar para obtener su parte, el territorio que comparten también puede ser una disputa para ocupar los mejores sitios sobre todo si están en época de apareamiento.

Ejemplos de gregarismo

El gregarismo no está limitado a pocas especies, sino más bien se ha extendido entre ellas por lo que podemos observar este comportamiento en diversos animales, los cuales se encuentran en diferentes grupos taxonómicos como aves, peces, mamíferos e insectos.

En el mundo marino encontraremos varias especies que practican el gregarismo, entre ellos podemos mencionar a los peces, muchas de las especies pelágicas conforman grandes bancos o cardúmenes de miles de individuos entre ellas las sardinas (Sardina pilchardus), estos cardúmenes se presume que pueda confundir a los depredadores al momento de realizar una cacería. En el mismo medio marino hay mamíferos con asociaciones gregarias como los delfines (Delphinus delphis).

En el medio terrestre encontramos de igual manera varios ejemplos de animales gregarios, podemos mencionar a uno de los más grandes y pesados como lo son los elefantes, estos mamíferos conforman manadas que suelen reunir a varias familias, son muy territoriales y custodian muy bien a sus crías. Un depredador que también vive en gregarismo es el león (ver su comportamiento), este espectacular felino conviven en manadas muy bien organizadas, en donde las hembras se encargan de la búsqueda de comida y los machos son los encargados de brindar protección.

En el grupo de los insectos, también está presente en muchas especies, siendo ejemplos claros de una agregación social en donde todos sus integrantes tienen un trabajo definido, tal es el caso de las abejas y las hormigas. Otro espectáculo que se observa gracias al gregarismo se da en los aires con las bandadas de aves, estos grupos pueden estar conformados por cientos de ellas que pueden moverse de forma sincronizada realizando increíbles piruetas, un ejemplo típico de aves gregarias son los estorninos (Sturnus vulgaris).

Autores consultados

  • Abadía, A. (2006).
  • Altuna, J.; Mariezkurrena, K. (2016).
  • Bearzi, G.; Notarbartolo di Sciara, G.; Reeves, R.; Cañadas, A.; Frantzis, A. (2004).
  • García-Ortiz, E.; Pérez-Lorente, F. (2012).
  • González, H. (2001).
  • Rodríguez, M. (2020).