Comportamiento del leopardo (Panthera pardus)

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En este artículo te explicamos el comportamiento del leopardo (Panthera pardus), un felino popular dado su fortaleza y tamaño.

Los leopardos son animales carnívoros representantes de la familia Felidae que se incluyen dentro de los grandes felinos del género Panthera, caracterizados por poseer modificaciones morfológicas en el hueso hioides en la garganta, lo cual les confiere la capacidad de rugir de igual forma a los leones, tigres y jaguares.

Estos felinos poseen una amplia distribución y una gran adaptabilidad a muchos ambientes, algunos de los cuales son bastante contrastantes debido a la diferencia en las condiciones climáticas que estos presentan. La distribución de esta especie abarca gran parte del continente africano, el oriente medio (suroeste de Asia), y otras regiones del continente asiático, incluyendo el subcontinente indio.

Los hábitats que ocupan incluyen regiones desérticas y semidesérticas en el sur de África (Namibia y Botswana) así como algunas poblaciones remanentes en regiones áridas en Egipto y la península Arábiga. También persisten en regiones montañosas (alta montaña) en Irán y en casi todos los biomas presentes en la India. Por otro lado, comparten el hábitat con otras especies de grandes felinos como los leones en las sabanas del este y sur de África y los tigres en Asia.

Además de esto, es una especie próspera en ambientes selváticos en África meridional y las selvas tropicales de Sri Lanka y el sureste de Asia, así como en regiones nevadas del lejano oriente ruso. Esta especie de felino ocupa ambientes desde el nivel del mar hasta los 5200 metros incluyendo muchos sectores periurbanos.

Estado de Conservación del leopardo

Gran parte de las poblaciones de este felino se encuentran gravemente fragmentadas y con disminuciones notables en las poblaciones. Las principales amenazas que influyen en las poblaciones de esta especie son la intervención de hábitats, la cacería deportiva, la eliminación selectiva por conflictos con los humanos, el comercio ilegal de pieles y la eliminación de sus presas para el consumo humano.

Actualmente la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) incluye a esta especie de felino en la categoría de vulnerable (VU) sin embargo muchas subpoblaciones que involucran varias subespecies se encuentran críticamente amenazadas o se han declarado extintas.

El leopardo se encuentra, además, incluido en el apéndice I del CITES, ya que en algunos países se comercializan la piel y otros productos derivados de este animal.

Comportamiento del leopardo en las zonas selváticas

A diferencia de los leopardos que se distribuyen en zonas de sabanas, el comportamiento del leopardo en regiones boscosas tropicales resulta más activo durante el día y el crepúsculo, y estos tienden a seguir el patrón de actividad de sus presas. Además de esto, desarrollan preferencias por las presas que son altamente individualizadas, lo que contradice totalmente la noción de que son depredadores oportunistas y de actividad nocturna.

Comportamiento social del leopardo

En general, el comportamiento del leopardo es solitario. Estos animales mantienen un territorio grande que puede variar dependiendo de la disponibilidad de presas y las características del hábitat.

En aquellos ambientes que son áridos y semidesérticos, los leopardos tienden a poseer territorios que se caracterizan por ser más amplios debido a que las presas están más dispersas con más de 2000 km2.

Por otro lado, en ambientes selváticos tropicales como el sur y sureste de Asia, sus territorios son más pequeños siendo de apenas unos 9 km2 para la hembra y aproximadamente el doble para los machos. Adicionalmente, en regiones con alta densidad de poblaciones humanas en donde existen leopardos (La India), estos poseen territorios que oscilan entre los 8 y 15 kilómetros. Los territorios de los machos suelen ser más grandes e incluyen el territorio de dos hembras o más con la que se aparea cuando estas últimas están disponibles.

Durante las horas del día, con mayores temperaturas, el comportamiento del leopardo es más tranquilo, ya que estos suelen descansar sobre árboles con dosel amplio. Los árboles también son empleados para visualizar posibles presas y mantenerse fuera del alcance de otros depredadores antagónicos como los leones.

Comportamiento del leopardo en la alimentación

El comportamiento del leopardo contrasta con el de otras especies de felinos como los leones, los cuales conforman manadas y varios miembros del grupo cazan en conjunto. Los leopardos prefieren cazar en solitario en áreas que le brinden suficiente cobertura para permanecer ocultos y al acecho, sobre todo en aquellos lugares donde las presas son abundantes y comparten hábitat con otras especies de felinos grandes, altamente competitivas por el alimento. La actividad de caza de estos felinos no tiene un horario de actividad preciso, pues son animales que permanecen activos las 24 horas del día.

Las presas preferidas por este felino incluyen generalmente ungulados de tamaño mediano con pesos que oscilan entre los 10 y 40 kilogramos cuando estos tienen una alta abundancia. Sin embargo, su dieta suele ser muy variada, pueden consumir insectos, reptiles, aves y mamíferos más pequeños. Aunque son considerados cazadores generalistas pueden convertirse en especialistas cazadores de una determinada presa que a su vez constituirá la presa más frecuente.

Después de realizar una cacería efectiva, el comportamiento del leopardo es muy interesante en aquellos lugares donde la competencia puede despojarlo de su presa. Generalmente esconden la misma en matorrales densos de difícil acceso para otras especies de mamíferos cazadores y carroñeros o suben a su presa sobre los árboles con gran destreza. A este último comportamiento se le conoce como “izar la presa” y suele ser más frecuente en los machos que en las hembras, incluso más frecuente aún en ambos sexos durante la estación seca cuando la cobertura vegetal en las sabanas africanas es escasa.

En aquellas regiones donde se distribuye el leopardo, en la que existe poca presencia de competidores, son capaces de consumir presas de mayor talla. La dieta de estos felinos cuenta con grandes vacíos en la mayoría de su área de distribución en Asia. Sin embargo, en algunas regiones como la India, los animales domésticos (ganado, perros y cabras) suelen sustituir en gran medida a las presas naturales, que son más escasas en sectores ocupados por humanos.

En todo caso, el leopardo prefiere cazar en coberturas intermedias donde la presa no es muy abundante pero es más fácil de acechar y capturar desde la comodidad de los árboles, por lo cual no son animales súper generalistas como se ha pensado y tienen selectividad por sitios en específico para cazar.

Comportamiento del leopardo frente a otros depredadores

Los leopardos son felinos con alta tasa de éxito en la captura de presas, debido a esto tienden a ser presionados para ser despojados de sus presas por otros grandes depredadores con los que comparte el hábitat en gran parte de su distribución.

En África, por ejemplo, los leopardos huyen rápidamente cuando se encuentran frente a frente con otros felinos de gran tamaño como los leones, siendo dominados fácilmente por estos debido a su comportamiento social y a su mayor talla. Los leones matan constantemente a las crías de los leopardos cuando logran encontrarlas, lo cual constituye una estrategia de eliminación de la competencia.

Por otro lado, los leopardos pueden hacer frente a depredadores oportunistas como las hienas para defender su cacería. Sin embargo, esto último dependerá del tamaño del leopardo, de su experiencia y del tamaño de la manada de hienas que lo presionen.

En aquellos lugares donde no tiene competencia por parte de depredadores mayores, sus territorios son más pequeños y el de los machos puede solaparse con el de otros machos.

Relaciones entre miembros de la misma especie

Debido a que las crías hembras establecen sus territorios cerca del de la madre, la mayoría de los encuentros que se producen entre leopardos de una determinada región es entre miembros emparentados. Generalmente los encuentros ocurren en áreas donde se superponen los territorios. La mayoría de dichos encuentros resultan agresivos, sin embargo, los encuentros entre hembras se caracterizan más por la tolerancia, pues generalmente son madre e hija.

El comportamiento del leopardo macho cuando se encuentra con otro macho juvenil o adulto resulta más agresivo, debido a la competencia por territorio y el derecho al apareamiento. Cuando se topan hembras no relacionadas se evidencian interacciones negativas en más de 80% de los casos.

El infanticidio ha sido reportado en múltiples ocasiones como común en el comportamiento del leopardo. En este caso, los machos adultos de leopardo, que se han apropiado del territorio de otros machos, eliminan la prole de este último con el fin de que las hembras con territorios solapados entren de manera más rápida en celo para así transmitir sus genes a la siguiente generación. Esta estrategia se corresponde con uno de los procesos más importantes que intervienen en la tasa de supervivencia de las crías, y tiene mayor beneficio para el macho perpetrador ya que puede garantizar la reproducción posterior con las hembras cuyas cría fueron eliminadas.

Patrones asociados a la reproducción

El comportamiento del leopardo consiste en mantenerse en solitario la mayor parte de su vida, solo se reúnen cuando llega la temporada reproductiva, mostrando un sistema reproductivo poligínico. Durante este período los machos se asocian brevemente con las hembras en celo y luego se separan. El acto reproductivo entre los leopardos tiene una duración media de 3.0 segundos en las poblaciones asiáticas que se han estudiado, mientras que en las poblaciones africanas se extiende hasta 3,3 segundos. Generalmente, el patrón copulatorio es sin bloqueos, ocurre la eyaculación en una sola inserción y se producen múltiples eyaculaciones. Las hembras pueden volverse agresivas luego del encuentro reproductivo con reacciones rodantes posteriores.

La gestación en la hembra dura aproximadamente 12 semanas, luego de las cuales puede dar a luz hasta seis crías, siendo más común la presencia de 2 a 4. Las crías son totalmente dependientes de la madre hasta el primer año, sin embargo es posible que la permanencia con la madre se extienda hasta dos años cuando son expulsadas para que establezcan sus propios territorios. En el caso de las crías machos, establecen sus territorios muy lejos del área de cría, mientras que los territorios de las crías hembras se establecen cerca del de la madre.

El comportamiento del leopardo en la reproducción y su éxito reproductivo depende de factores como la disponibilidad de recursos, la edad de la hembra, y la tasa de mortalidad provocada por otros depredadores sobre las crías, constituyendo este último uno de los factores más determinantes.

Adicionalmente, se ha observado que algunas hembras experimentadas han adoptado crías de otras hembras emparentadas, lo cual ha sugerido cierto beneficio tanto para las madres biológicas de las crías como para las madres adoptivas.

Referencias

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